Hoy conocí a mi héroe, no sé cómo se llama, qué hace, dónde
vive, ni quién es exactamente... solo sé que es un héroe. Déjame contarte la
historia. Estaba sentada en el bus camino al hospital Carrión y en el Metro de
la Av. La Marina, subió una señora de
condición humilde con un niño en brazos y se sentó en el asiento reservado; la
señora pagó con una moneda de 0.50 céntimos para ir hasta el óvalo del Callao,
pero el cobrador le dice que el pasaje es 1.00 sol y le devuelve la moneda, la
señora le dice que no tiene más, que no es lejos, que por favor le acepte la
moneda, pero el cobrador se la devuelve y dice “bajan en el paradero”… De
pronto, un chico que estaba en el asiento de atrás le paga al cobrador con un
1.00 sol, para ir unas cuantas cuadras, el cobrador le entrega su vuelto y el
chico no se lo acepta y le dice: “cóbrate los 0.50 que le faltan a la señora”;
luego agarra el brazo de la señora y le dice: “señora no se preocupe, ya le
pagué”
¿No es acaso un héroe, de esos de verdad? ¿De esos que son
capaces de reconocer cuándo se les necesita y actuar? ¿De esos que son capaces
de comprender el problema de los otros y aparecer cuando más falta hacen, mismo
chapulín colorado? Sé que solo eran 0.50 céntimos y algunos dirán que no es
para tanto, pero para mí, ese día, él fue un héroe. Un héroe porque fue capaz de
hacer algo que otros no harían, un héroe
porque fue capaz de romper esas barreras
del miedo, de la indiferencia, del silencio, de la falta de empatía y de
carácter humano que nuestra sociedad está perdiendo.
Déjame contarte de otro héroe que conocí en estos días. En
las terapias físicas que estoy llevando, hay un señor que paga, al
igual que todos, su clase de rehabilitación, pero que al ver que el instructor
no puede con todos los pacientes, empieza él mismo a dar las clases. Es un
señor de unos 80 años y que a pesar de su edad y de su evidente cansancio, anima a las personas a seguir con los ejercicios:
“ahora, pierna izquierda, uno, dos, tres…” Bien podría esperar al instructor y encima
reclamar, porque él al igual que todos, ha pagado por un servicio que él mismo
se está dando; pero es capaz de ver más allá de la situación, ver “más allá de
lo evidente”, reconoce que está en un lugar con carencias (un hospital público)
y que la demanda y el servicio no van de la mano; por ello ha decidido asumir
una postura positiva y nos muestra su "super-poder".
¿Cuántas oportunidades tenemos al día de ser héroes? ¿Por qué
no intentar ser el nuevo héroe de alguien que nos está observando?.. y que tal
vez necesita de nuestra inspiración para seguir confiando en que un mundo mejor
es posible… ¿No podríamos ser el héroe de nuestros hijos, de nuestros amigos o del extraño del micro? A veces pareciera que el ritmo acelerado y el día a día nos está
haciendo perder nuestra condición de humanos, aquello que nos hace ser parte de
un mundo social basado en la colaboración, el amor y la empatía, pero valdría
la pena detenerse un momento y empezar a re-valorar aquello que queremos y que
necesitamos para vivir bien y mejor. ¿Te animas a ser un héroe?
Dejo aquí un vídeo que encontré en la página web Upsocl, una página que siempre resulta inspiradora.
Gracias este articulo me reconcilia nuevamente con la humanidad tenemos esperanza entonces no todo esta perdido.
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